Cuando miro hacia atrás, no es porque memorias de esos tiempos vinieron a importunar las variaciones incoloras de los días. Más bien es una brizna de olvido; de aquel que, si hay algo que no hay , decía Borges. Olvido que llega para mostrarte lo que no está, por medio de lo que se conserva, pero que solo para tí no tiene un sentido actual. Esa casa en la que ahora habitan otras gentes; las escaleras que conducían de la calle hacia el piso alejado y protegido del bullicio y del calor de esperadas tardes. Las risas, los pausados espacios, los juegos simples. Los crujientes tablones que a nuestros pasos anuncian. Cuándo fue la última vez que los oí. Cómo haberlo sabido en ese preciso instante, para advertir la previsible nostalgia del adiós. Porque somos al menos algo, digo. Pero, qué somos. Tal vez aquellas sombras en el camino hacia tu casa. ********* Y tu que me decías que en amores De todos tus recuerdos los mejores Eran mios Aquel que cada noche deseabas Aquel que cada día más amaba...