Entre intolerancias y fanatismos
Cuando leo por ejemplo a Peter Drucker sobre "ganar/ganar" en las negociaciones, percibo los mundos distintos y distantes, en su propio mundo. ¿Acaso en ello pensaron los que promocionan invasiones? O no les importa que los otros pierdan mientras ellos sean los que ganen, naturalmente vestido con otros "argumentos". ¿Cuál es el resultado? Vemos cobrar fuerza a figuras como las del Coronel Chávez o reencauchar otras como las del Comandante Castro. Amigos cercanos, seguramente también en sus prácticas no muy distintas de las de los que invaden: si no estás conmigo... No me cabe duda que si tuvieran mejores recursos bélicos, ya los hubieran extrenado. Bueno, Cuba ya estuvo en Angola, por mencionar un lugar.
Por otra parte, luego de la declaración de Benedicto pues casi le aplican las antiguas prácticas de su apreciada Congregación para la doctrina de la Fe (como sabemos ex S.O.): algunos lo querían quemar. Es que con todo derecho se lo toman muy en serio, ni el menor indicio de comprensión peor de sentido de humor.
La intolerancia no es algo de hoy o de ayer, pero debemos estar vigilantes; no sea que nos alcance.
Este artículo me gusta, por eso lo comparto:
Fue publicado el pasado sábado 23 de septiembre en el diario El Universo de Ecuador. Escrito por Alfonso Oramas Gross.
Olor a azufre
A veces me pregunto si para atraer de forma eficiente la atención política e informativa internacional, hay que dejar a un lado los planteamientos serios, los cuestionamientos profundos, las peticiones categóricas, para dar paso a una retórica que con total desparpajo y soltura suele confundir los escenarios y las tribunas y lo que es peor, los discursos y los reclamos.El Presidente venezolano ha llenado de calificativos esta semana a George W. Bush en la Asamblea General de la ONU y en otros foros celebrados en Nueva York. Lo ha llamado diablo, tirano, mentiroso, alcohólico, enfermo y acomplejado; posiblemente lo de mentiroso es lo que mejor se adapta al perfil de Bush pero no lo de diablo, ya que se suele decir que el diablo es muy astuto y lo que menos tiene el presidente Bush es astucia política. Pero bueno, me parece extraordinario como concepto democrático y como reconocimiento a los valores liberales del pueblo estadounidense que Chávez hable todo esto en Nueva York; sería interesante comprobar si algún otro presidente estadounidense –que no sea Bush– pueda hablar con esa liberalidad en Caracas, en Teherán o en cualquiera de esos lugares con tan poca vocación democrática y que aplauden tanto ahora a Chávez.Voy al grano. George W. Bush pasará a la historia como uno de los peores presidentes en la historia de los Estados Unidos y sus errores en política internacional podrían marcar el verdadero inicio de la decadencia de ese imperio. Encuentro lógico y conveniente que sus posturas sean ampliamente criticadas y discutidas en foros como el de la ONU, qué mejor lugar para hacerlo, pero me resisto a aceptar que toda esa línea de contradicción a la política Bush sea simbolizada y encarnada en el show Chávez, como si acaso su discurso fanfarrón y retórico sea el único camino para abrir las puertas a un nuevo orden internacional, relegando inclusive el valor de otras posiciones en ese mismo foro, como la del presidente Kirchner, tan crítico con las políticas crediticias internacionales, o la de Uribe, reclamando una mayor comprensión al peso de su guerra interna.No será fácil para nuestro próximo presidente trazar una línea de total independencia en los abiertos frentes que se arman en estos tiempos de Latinoamérica. El colmo de lo absurdo es que ahora Chávez es más que Fidel y él, ¿ellos?, lo sabe y lo aprovecha para fomentar un escenario de alineación, en el cual no caben términos medios. Cuidado con eso. Varios de los candidatos ecuatorianos se han jactado de su cercana amistad con Chávez y eso en el fondo no tiene nada de malo.El problema es que empezar a oler a azufre –como simbólicamente lo hizo Chávez– puede resultar contagioso y en ese caso, en lugar de gobiernos amigos vamos a empezar a tener “compañeros”, lo que está bueno para farrear, nada más que para eso.
Por otra parte, luego de la declaración de Benedicto pues casi le aplican las antiguas prácticas de su apreciada Congregación para la doctrina de la Fe (como sabemos ex S.O.): algunos lo querían quemar. Es que con todo derecho se lo toman muy en serio, ni el menor indicio de comprensión peor de sentido de humor.
La intolerancia no es algo de hoy o de ayer, pero debemos estar vigilantes; no sea que nos alcance.
Este artículo me gusta, por eso lo comparto:
Fue publicado el pasado sábado 23 de septiembre en el diario El Universo de Ecuador. Escrito por Alfonso Oramas Gross.
Olor a azufre
A veces me pregunto si para atraer de forma eficiente la atención política e informativa internacional, hay que dejar a un lado los planteamientos serios, los cuestionamientos profundos, las peticiones categóricas, para dar paso a una retórica que con total desparpajo y soltura suele confundir los escenarios y las tribunas y lo que es peor, los discursos y los reclamos.El Presidente venezolano ha llenado de calificativos esta semana a George W. Bush en la Asamblea General de la ONU y en otros foros celebrados en Nueva York. Lo ha llamado diablo, tirano, mentiroso, alcohólico, enfermo y acomplejado; posiblemente lo de mentiroso es lo que mejor se adapta al perfil de Bush pero no lo de diablo, ya que se suele decir que el diablo es muy astuto y lo que menos tiene el presidente Bush es astucia política. Pero bueno, me parece extraordinario como concepto democrático y como reconocimiento a los valores liberales del pueblo estadounidense que Chávez hable todo esto en Nueva York; sería interesante comprobar si algún otro presidente estadounidense –que no sea Bush– pueda hablar con esa liberalidad en Caracas, en Teherán o en cualquiera de esos lugares con tan poca vocación democrática y que aplauden tanto ahora a Chávez.Voy al grano. George W. Bush pasará a la historia como uno de los peores presidentes en la historia de los Estados Unidos y sus errores en política internacional podrían marcar el verdadero inicio de la decadencia de ese imperio. Encuentro lógico y conveniente que sus posturas sean ampliamente criticadas y discutidas en foros como el de la ONU, qué mejor lugar para hacerlo, pero me resisto a aceptar que toda esa línea de contradicción a la política Bush sea simbolizada y encarnada en el show Chávez, como si acaso su discurso fanfarrón y retórico sea el único camino para abrir las puertas a un nuevo orden internacional, relegando inclusive el valor de otras posiciones en ese mismo foro, como la del presidente Kirchner, tan crítico con las políticas crediticias internacionales, o la de Uribe, reclamando una mayor comprensión al peso de su guerra interna.No será fácil para nuestro próximo presidente trazar una línea de total independencia en los abiertos frentes que se arman en estos tiempos de Latinoamérica. El colmo de lo absurdo es que ahora Chávez es más que Fidel y él, ¿ellos?, lo sabe y lo aprovecha para fomentar un escenario de alineación, en el cual no caben términos medios. Cuidado con eso. Varios de los candidatos ecuatorianos se han jactado de su cercana amistad con Chávez y eso en el fondo no tiene nada de malo.El problema es que empezar a oler a azufre –como simbólicamente lo hizo Chávez– puede resultar contagioso y en ese caso, en lugar de gobiernos amigos vamos a empezar a tener “compañeros”, lo que está bueno para farrear, nada más que para eso.
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