El elogio de la lentitud

Hoy conversaba con una buena amiga sobre un libro, El elogio de la lentitud de Owe Wikström, publicado en español por el Grupo Editorial Norma.
Le decía a mi amiga que el libro plantea, entre otros temas, que estamos sambullidos en una forma de vida que pone como prioridad al éxito. Pero siendo claros, el éxito se expresa fundamentalmente en hacer dinero. Se pueden decir otras cosas sobre el éxito, pero esa es la tendencia fundamental. Es más, llega un punto en que el tráfico por ese afán marca a quienes lo siguen, de tal manera los marca que anula la posibilidad de cuestionarse. Pero al final, lo que queda es un malestar que se expresa de muchas maneras, por ejemplo, en los intentos desesperados de encontrar un sentido de vida, muchas veces es cierto, dentro del esquema de vanidades que es uno de los efectos de esos caminos o siendo pasto de todos los negocios que ofrecen sentido de vida. Acaso no nos suena a eso el intento de mostrar lo especial que se es por frecuentar ciertos sitios,o al molestarse con los paparazzi que no son más que una expresión a veces extrema de lo que los hace ser ricos y famosos, o al querer que los hijos vengan a un mundo silencioso, entre mil i un más peculiaridades. Eso para aquellos que consiguen aquel éxito. Para los que no, la cuenta de la misma desolación sin los atajos sedantes del acceso a las peculiaridades.
¿En qué nos toca todo esto? Cada quién lo sabrá. En el caso de mi amiga y el mio nos llevaba a una reflexión sobre la formación de nuestros hijos. En ocasiones, tratando de brindar oportunidades que no tuvimos o satisfacciones que creemos que son edificantes, lo que hacemos es conducir a los que amamos a evitarles sacrificios y experiencias necesarias. Necesarias no por el tema de sufrir con delectación de masoquista, sino porque la adversidad es lo que lleva a afinar las habilidades. Ese es un tema, el otro es que, en esa influencia a los que amamos y nos aman, es importante percibir con claridad que puedes ganar el mundo a precio de malograr el tuyo.

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